Arsenal: Luces y sombras

Tal como Lanús y Tigre hace escasos días atrás, Arsenal de Sarandí (otro de los denominados «equipo chico») tiene la gran posibilidad de inscribir su nombre en la historia del fútbol sudaméricano. Tras haber dejado en el camino a San Lorenzo de Almagro (Argentina), Goiás (Brasil), Chivas de Guadalajara (México), River Plate (Argentina) y con medio final en el bolsillo gracias a la victoria en el partido de ida, esta noche se juega su última ficha.

Resulta muy difícil no poder separar las aguas a la hora de considerar la mucha (o poca, pero nunca nula) influencia de (el mandamás) Julio Humberto I en el club. De hecho, es su propio hijo quien preside la institución y es su nombre, homónino del estadio. Parece cuanto menos, sospechoso imaginar que un club de tan pocos socios y simpatizantes, sepa hacer tan bien las cuentas que le permitan remodelar el estadio e incorporar jugadores de cierto reconocimiento, sin más recursos que los ingresos televisivos (desconozco que haya realizado ventas importantes con jugadores surgidos -o no- del club).

Ruego, en caso de equivocar mis sospechas, se le otorgue un espacio de gestión en el Gobierno Nacional a sus autoridades.

En cuanto al plano deportivo, es justo destacar la labor de su entrenador Gustavo Alfaro y también de sus dirigidos. Tanto Arsenal como sus otros equipos dirigidos con anterioridad, se han caracterizado por el orden y la disciplina táctica, el trabajo de pelota parada y la presencia física. Es cierto que para el lucimiento estético no se trata de la mejor opción para el espectador, pero tampoco habrá que entenderse como el anti-fútbol, sino más bien un equipo inteligente.

Cuenca, Matellán, San Martín y Calderón son algunos de los pilares experimentados donde descansa la confianza del plantel. Andrés Gómez, un juvenil que aporta talento y atrevimiento. Además en el banco, hay recambio interesante con Raymonda, Andrizzi y Leo Biaggini. Esta noche, en cancha de Racing de Avellaneda, recibirá al América de México para conseguir su primer trofeo de la historia.

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Futurama

El ciclo del cuerpo técnico más exitoso del fútbol juvenil argentino ha llegado a su fin. El dúo conformado por Pekerman y Tocalli por el año 1994, obtuvo en los 10 años que compartieron la conducción del seleccionado sub-20 los campeonatos mundiales de Qatar 1995, Malasia 1997 y Argentina 2001, más los sudaméricanos de Chile 1997 y Argentina 1999.

En 2004, al asumir Pekerman la Selección Mayor, Hugo Tocalli tuvo como colaboradores a Pancho Ferraro en un comienzo y a Miguel Angel Tojo luego. La senda de logros continuó dando sus frutos, con la misma filosofía de trabajo, y de nuevo los juveniles argentinos levantaron la copa en Holanda 2005 y Canadá 2007.

Por estos días, horas después de la nueva reelección (con exponente n) del Presidente de la AFA, el titular de Viamonte 1366 le acaba de comunicar a Tocalli la dura noticia de no darle continuidad a su ayudante Tojo en el cargo. A lo que Tocalli, respondió con códigos diferentes de los cuales se rige Grondona, su decisión de renunciar por no estar de acuerdo con el mandamás al respecto.

Es cierto que la Argentina es una tierra fértil en la cosecha de jugadores de fútbol. De cualquier manera subestimar la labor realizada por este grupo de entrenadores y no hacer el intento por mantenerlos en sus puestos es una gran falta de ignorancia y de coherencia por parte de la AFA.

Quizás se trate de otro ejemplo más del modelo de política argentina que se ve reflejado en el fútbol. El trabajo de formar jóvenes para el futuro debe ser un aspecto de enfoque fundamental en una sociedad con tantos conflictos como la nuestra. Pero sí, ya sé… todo pasa…