Un sólo campeón

Aunque el Apertura 2008 terminó todavía resta jugarse una definición apasionante para conocer al campeón.  San Lorenzo, Boca y Tigre finalizaron igualados en el tope de la tabla con 39 unidades cada uno.

El miércoles se disputará la primera de las tres finales. Será el turno de Tigre y San Lorenzo y el estadio Amalfitani será el escenario. Tres días más tarde, el sábado, Boca se enfrentará en la cancha de Racing al cuadro de Boedo, que si entonces vence a los dos rivales será el campeón. De no ser así, el suspenso se extenderá hasta el martes (también en Avellaneda) para el duelo de Tigre y Boca.

Mientras tanto, el verdadero ganador del fin de semana resultó ser River Plate, el club presidido por José María Aguilar. A pesar de haber finalizado último y en soledad en el certamen, mantiene su condición de actual campeón por una semana más.

Estas son las posiciones finales del torneo argentino de Primera División:

… más River

Parálisis social

Dentro de quince minutos comenzará el último partido de los cuatro equipos que llegan con chances de coronarse campeones en el Apertura ’08. San Lorenzo, Boca y Tigre, con 36 puntos, y Lanús, con 34, se convirtieron en los animadores del final de torneo más apasionante de la historia de los torneos cortos.

Más allá de las sospechas de soborno, incentivación y otras sospechas, haber llegado a esta instancia con tantos candidatos resulta muy atractivo y encantador, incluso para los hinchas de quienes no están involucrados, de manera directa, en la pelea. Es decir, los de River, Huracán, Platense y Banfield, pero también los de los clubes de Avellaneda o de Rosario.

Ya sea por rivalidad histórica, por disputas futuras en peleas por el descenso o cupos para ingresar en las copas internacionales. Cualquiera sea el motivo, en, ahora, cinco minutos, todos estaremos frente al televisor, internet o con la radio pegada a la oreja para no perdernos ni un instante con las  diversas variables que seguro se vivirán en los próximos 90 minutos.

Punta tripartita

Poco cabaret parece tener el Boca de Ischia, Riquelme y compañía. Tras tres caídas consecutivas (Tigre, Godoy Cruz y Estudiantes), aprovechó su visita a la casa del rival más débil (y más fácil) del torneo y encontró su punto de quiebre para remontar la mala racha que lo había alejado a once unidades del puntero San Lorenzo. Una semana más tarde recibió al duro competidor de River (en la tabla) y volvió a ganar. Tres días después, se anotó otros tres nuevos porotos ante Banfield.

Los 0-1, 2-1 y 0-1, con goles facturados por los pibes Viatri (dos veces, Gaitán y Mouche, fueron sufiente para sumar nueve de nueve. Sin embargo, no lo suficiente como para medir la talla de la recuperación. Quizás, debido en parte, al mal presente de los rivales de turno.

El último domingo, la prueba de fuego en la propia Bombonera fue el Ciclón, líder del Apertura. Único quipo que, además, goza de historial favorable en los enfrentamientos ante el xeneize. Riquelme, de tiro libre, dio la victoria al equipo local y el campeonato ingresa en la última recta mientras San Lorenzo, Boca y Tigre comparten la primera colocación.

Miedo escénico

En el tramo final del campeonato, los hasta entonces firmes candidatos para llevarse el Torneo Apertura 2007 comienzan a dar claros signos de «paso en falso». Cuando es habitual que los equipos de menor presupuesto empiecen a mermar su producción futbolística, en general por razones de planteles cortos, o por no saber soportar la presión en las instancias definitivas, son «los chicos» los que toman la punta. Independiente y Boca fueron hasta aquí los animadores de un torneo muy irregular. Sin embargo, desde el arranque del mismo, supieron mantenerse a la vanguardia y se perfilaban como los verdaderos contrincantes en la lucha por primer puesto. Por historia y por el peso de sus camisetas todas las apuestas se dirigian hacia Avellaneda y La Boca.Lanús y Tigre empezaron el campeonato «dando ventaja», desde el fondo. Ambos sumaron tan sólo 4 puntos de los primeros 12 en juego. Por ese entonces, en el sur la pregunta era si el equipo había perdido el rumbo demostrado en el primer semestre. En el norte, se le cuestionaba Diego Cagna si estaba arrepentido de haber llegado a Primera con los mismos jugadores que lograron el ascenso.Este torneo argentino es sin dudas el más irregular que los últimos tiempos. Por fortuna, todo escapa a la lógica. Es el miedo escénico, que normalmente ataca a los equipos chicos, por la falta de costumbre al probarse el traje de campéon, el que parece que esta vez prefiere jugar con los más grandes.